miércoles, 24 de septiembre de 2008

La inmigración ilegal es problema de toda América Latina

Cualquier esfuerzo para detener el flujo de la inmigración irregular (conocido en la política estadounidense como la inmigración ilegal), o de reformar y reparar nuestro sistema migratorio fracasará al menos que haya un esfuerzo a conciencia para trabajar a nivel diplomático con América Latina y otras regiones del mundo en necesidad y que sirven de punto de origen para la inmigración a los Estados Unidos.

La pregunta en la mente de los Gobernantes de los Estados Unidos y del pueblo debe ser: "¿por qué tantos extranjeros vienen a los Estados Unidos de manera irregular todos los años?" en vez de "¿cómo podemos ejecutar mejor las leyes de inmigración?"

No hay una respuesta sencilla a la primera pregunta, y no voy a presumir de que conozco la misma. Sin embargo, no puede taparse el cielo con la mano; y es evidente que la inmigración irregular es un producto directo del desastre político y económico que afecta a casi toda América Latina. Tampoco es un secreto de que los Estados Unidos se ha olvidado completamente de América Latina en la última década para entretenerse en aventuras políticas y militares en desiertos y montañas lejanas.

No quiero sugerir que los Estados Unidos tiene la llave o la responsabilidad única de resolver todos los problemas de América Latina. Mis hermanos latinos y yo, asumo, que verían esa propuesta como un regreso a la Doctrina Monroe y al imperialismo americano en América Latina. Sin embargo, como los Estados Unidos es el recipiente de millones de migrantes latinoamericanos que entran regular e irregularmente, este debe asumir una postura fuerte y envolverse con sus vecinos al sur con el propósito de buscar soluciones regionales a estos problemas que fuerzan a millones de personas a dejar atrás su patria, y asumir un gran riesgo para venir a los Estados Unidos en la búsqueda de una mejor vida para si y para aquellos que dejaron atrás.

Sin embargo, el grueso de la responsabilidad de trabajar para un cambio recae sobre los hombros de los gobiernos y los pueblos de América Latina. Hay varios gobiernos (particularmente en América Central) que estimulan la inmigración, tanto regular como irregular como un método de atraer capital del extranjero por medio de remesas, o para distarer la atención pública de su propia incompetencia para gobernar, mientras que hacen poco o nada para sacar a sus países de la pobreza, combatir la corrupción o el crimen. A la misma vez, muchos nacionales latinoamericanos se han rendido y deciden que es mejor arriesgarse y emigrar que tratar de sobrevivir en sus paises.

El tema es demasiado complicado para resumir en dos o tres párrafos, ni podemos crear una fórmula para definir el "por qué" y el "cómo" de las migraciones humanas en las Américas. Sin embargo, queda sumamente claro que cualquier discusión de una reforma migratoria en los Estados Unidos debe estar acompañado de una iniciativa regional que apunte a atender los problemas sociales, políticos y económicos de nuestros vecinos. Soy de la creencia de que si los Estados Unidos ignora este punto, cualquier discusión o acto para reformar nuestro sistema migratorio será a lo más parcialmente efectivo, si es que no va a fracasar.

2 comentarios:

  1. buenas
    yo me case en enero de 2009 con un ciudadano americano y queria saber que tan verdadero es que aun siendo los papeles aprovada en U.S.A la embajada me puede negar la visa.
    gracias

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  2. Saludos Anonimo.

    Esto sucede si el cónsul no se convence de que la solicitud detrás de la visa es auténtica. Es decir, si se sospecha que hay fraude, o que el matrimonio se hace por meramente obtener una residencia permanente, puede negarse la expedición de una visa, con una recomendación al Servicio de Inmigración de que revoque la aprobación.

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